miércoles, 23 de marzo de 2011

UNA CIENCIA PARA LA VIDA*

Hay muchas ciencias que aprendemos por curiosidad, porque nos gusta, pero no porque sean importantes para vivir. En cambio, hay otras que las necesitamos en nuestra vida, como la ética, porque nos ayudan en el estudio de la moral, la felicidad, la virtud, el deber y a tener una buena vida.
Las personas debemos saber distinguir entre lo bueno y lo malo, es decir entre lo que nos conviene y lo que no nos conviene. Aunque las cosas que para algunos son malas, para ciertas personas son buenas. Por ejemplo, muchos dicen que las drogas son malas, sin embargo, para los drogadictos son buenas. Por eso las personas son libres de escoger entre lo bueno y lo malo. Esto es lo que llamamos “libertad”.
También existen preguntas éticas sobre las que podemos reflexionar como: ¿Qué es la felicidad?, ¿Pueden cambiar los valores que orientan a la vida humana? o ¿Qué debemos hacer?, ¿Somos libres?
¿Qué es la felicidad? Durante mucho tiempo esta pregunta ha estado y está en la mente de muchas personas que intentan darle una respuesta. Pero acaba por desaparecer porque no la encuentran. Y es que la felicidad como todo en la vida es relativa, es decir, que está condicionada.
Los seres humanos nos pasamos la vida buscando metas e intentando conseguirlas y cuando nos preguntan ¿eres feliz?, respondemos: “Tengo todo lo que cualquiera puede desear: familia, casa, trabajo, salud…”
Pero ¿realmente hemos conseguido lo que queríamos?, ¿somos felices con lo que hemos conseguido?
Yo me quedo con dos frases que resumen a la perfección esta búsqueda de la felicidad:
“Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”. Voltaire.
“La búsqueda de la felicidad es la receta segura para una vida miserable”. Donald T.Campell.
También sobre la felicidad las personas podemos tener ideas muy distintas pero ¿es una mejor que otra?
Si nos planteamos la igualdad de estas ideas, teniendo en cuenta que pueden ser contrapuestas podemos llegar a un callejón sin salida. No podemos igualar la idea de que el aborto está mal y a su vez que está bien, y tampoco anteponer una idea a otra porque no pensamos de la misma forma. Para proporcionar un poco de luz en este asunto, la profesora Vila-Coro afirma que: “las opiniones de todo el mundo son respetables, en tanto que opiniones. El problema es cuando las opiniones se quieren imponer como criterios de certeza”.
La Declaración Universal de los DDHH reconoce en su artículo 29 como límite del ejercicio de los derechos “las justas exigencias de la moral”. ¿A qué moral se refiere? Si hubiera muchas morales sería imposible la existencia de una legislación común. Con este mismo razonamiento también nos podemos preguntar se existen verdades objetivas. En caso de que no existieran y cada uno se guiara por su verdad y por su conciencia, sería imposible una sociedad organizada.
En esta sociedad organizada deben existir unos valores, pero, ¿pueden cambiar?
Un valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Si una persona aplica estos valores desarrolla su humanidad, mientras que si no esa cualidad es despojada.
Una de las características más importantes de un valor es la flexibilidad. Los valores cambian con nuestras necesidades y nuestras experiencias. No son los mismos valores para un niño que vive en una familia bien, que un niño que vive en una chabola en Sudamérica. Ni tampoco son los mismos valores para un hombre que para una mujer.
Aplicamos los valores a situaciones y experiencias de nuestra vida, por esa razón no todos los valores son iguales, porque no todos vivimos en nuestra vida las mismas situaciones y experiencias.
En nuestra vida sabemos que hay cosas que nos convienen y otras no, pero no siempre tenemos claro que cosas son las que nos convienen. Aunque no podamos elegir lo que nos pasa podemos elegir que hacer frente a lo que nos pasa. Cuando hacemos algo lo hacemos porque preferimos hacerlo a no hacerlo. ¿Quiere decir esto que hacemos siempre lo que queremos? No, a veces las circunstancias nos obligan a elegir.
¿Por qué nos vestimos todos los días antes de salir de casa?, nadie nos obliga, lo hacemos porque es costumbre, porque todos lo hacen. En cambio hay otras cosas que hacemos porque nos apetece. Por ejemplo no tomamos un helado en invierno porque queremos, no es costumbre, ni tampoco nos obligan. Pero hay otras cosas que las hacemos por obligación. Como obedecer una orden de tus padres para realizar alguna tarea en casa. Algunas veces puede que no queramos y puede que tampoco lo haga todo el mundo, pero lo hacemos porque no queremos llevarle la contraria a los demás o porque esperamos algún tipo de recompensa.
En conclusión conocer algunas de estas cuestiones éticas es a veces necesario para tener una buena vida. Saber lo que está bien o mal, lo que conviene o tener presentes unos valores morales es importante en nuestro día a día, ya sea para vivir mejor o, quien sabe, para ser un poco más felices. Debemos tener en cuenta nuestra situación y hacer lo que esté bien no solo para nosotros sino para los que nos rodean.
“Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo”.
Albert Camus

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